
A pesar de que no es oficialmente una película sobre las fiestas de diciembre, gran parte de Edward Scissorhands transcurre en Navidad, y ciertamente tiene el espíritu de un fairy-tale clásico. Una prueba de lo bien hecho que esta es que, a pesar de sus elementos cándidos e infantiles, resulta ser una película mucho más adulta de lo que parece. Fue asimismo la primera gran cinta de Tim Burton y el primer papel importante de Johnny Depp, que interpreta aquí a un jovencito artificial a quien su creador ha dejado "incompleto", con tijeras en lugar de manos. El personaje, alter ego del propio Tim Burton, marcaría el inicio de una larga serie de colaboraciones entre el actor y el director, casi siempre excelentes. Esta película también tiene otros méritos, como ser por ejemplo la última vez que vimos en pantalla a Vincent Price y una de las pocas películas en las que soporto la presencia de Winona Ryder.
El único problema que tiene (a mi parecer) es que, como casi todas las películas de Tim Burton, parece beneficiar más a la estética que a los propósitos de contar una historia. Burton se pierde tanto en sus códigos de colores y sus formas de oscuridad infantil que descuida aspectos puramente narrativos. Curiosamente, una de sus más recientes películas, Big Fish, es una de las que más "historia" tiene y también una de las más rechazadas abiertamente por sus fans. En todo caso, Edward Scissorhands es de esas cintas que este director todavía no ha podido superar, y una prueba inconfundible de su talento como "narrador de cuentos".
¿Por qué me gusta? Pues por las mismas razones que a todo el mundo: su sentido de la maravilla, su música, su estética, lo genial que está Johnny Depp, y la recreación perfecta de un cuento de hadas de ambiente "realista" que tan bien viene en la época navideña.