
Realizada en una época en la que Arnold quería llegar a todas las sensibilidades posibles (preparación seguramente para su futura carrera política), Jingle All the Way es una película que cuenta con una larga fila de personas que la odian a muerte, pero siempre será una de mis infaltables de Navidad. Si bien es cierto que la película muchas veces se deja llevar por su cursilería decembrina y no termina de cuajar bien su "supuesto" mensaje anti-consumista, esta comedia protagonizada por Schwarzenegger sabe muy bien reírse de si misma y de su estrella principal, hilando la frenética búsqueda de un juguete por parte de un padre desesperado como si fuera una auténtica jornada de pesadilla.
Otra razón para ver esta cinta es el siempre eficiente trabajo del actor cómico Phil Hartman, veterano de Saturday Night Live y que aquí interpreta al rastrero vecino del protagonista que no busca otra cosa más que ligarse a su mujer. Jingle All the Way fue, asimismo, una de las últimas apariciones en pantalla de Hartman antes de su trágica muerte en 1998.
¿Por qué me gusta? Bueno, tratemos de olvidar por un momento que soy fan furibundo de Schwarzenegger y aún así tendríamos una razón más que suficiente para ver esta película: la espectacular escena en la que el padre furibundo se enfentra a una banda de ladrones disfrazados de Papá Noel. Llena de evidentes guiños al cine de acción perpetrado en el pasado por su protagonista, esta secuencia (en la que apreciamos a un inmenso Jim Belushi que ni siquiera aparece en los créditos) vale por sí sola todo el visionado de esta pequeña y maltratada joya navideña.
