
Cambiamos completamente de registro para este segundo día. No solamente And All Through The House es una muestra pura de terror navideño, sino que encima ni siquiera es una película. Se trata de un episodio de la primera temporada de aquella famosa serie televisiva llamada Tales From The Crypt (Geschichten aus der Gruft en alemán), que se emitió por HBO en 1989 y que, en esta ocasión, fue dirigida por Robert Zemeckis, el mismo director famoso por Forrest Gump y la trilogía de Back To The Future. Aquí Zemeckis abandona su edulcorado estilo para traernos la historia de una mujer (Mary Ellen Trainor) que decide que la Nochebuena es el mejor momento para asesinar a su esposo (Marshall Bell). Lo malo es que, justo en el momento en que se deshace del cadáver, no escucha la radio anunciar la fuga de un psicópata (Larry Drake) que ronda las calles disfrazado de Papá Noel. Sin poder llamar a la policía, esta mujer debe enfrentarse al asesino teniendo como dificultad adicional una pequeña niña muy dispuesta a conocer a "Santa".
A pesar de llevar tantos años, no es raro que All Through The House siga siendo uno de los capítulos más recordados de la serie, ni una de las muestras de terror navideño más sólidas jamás hechas. Después de todo, el condensar un trabajo así en media hora de metraje es un gran logro que no sólo se debe a su director, sino a su guionista Fred Dekker, un hombre que prometía grandes cosas para el género de terror y que por desgracia se perdió en el camino. Una cosa que hay que mencionar, por supuesto, es que este episodio es reciclado de la famosa película de Tales From The Crypt que estrenó la productora británica Amicus en 1973, en aquella ocasión con Joan Collins en el papel principal. Esta versión, sin embargo, es mucho más intensa y violenta (atención, por ejemplo, a la frenética búsqueda de una pistola). También hace gala de un humor negro envidiable, especialmente en todas aquellas escenas que muestran la aparatosa forma en que la mujer se deshace del cadáver de su marido.
¿Por qué me gusta? Pues porque es una joya, por nada más. Si se tiene el estómago lo suficientemente duro como para soportar películas de terror, y encima se desea pasar un buen rato de esparcimiento navideño, este es un plato ineludible.